Disuelto en el aire,
la brisa me
esparce y dispersa;
la oscuridad se me hace amena
y me conmina a adentrarme en el olvido.
Vago sin rumbo por senderos de la nada.
Procuro la altura:
así la noche se me hace amplia, disímil.
Mi viaje se bifurca entre las tinieblas:
a veces soy, y
a veces no.
Una extraña sensación de infinito
hace temblar mi interior.
No deseo volver; no deseo abrir los ojos.
El sueño se convierte en un dulce estar;
la vida, en un lejano devenir.
Me encantó.
Describe la experiencia y la siento mía.